Como muchos o casi todos en Chile,
he estado viendo la franja presidencial; y aunque yo ya tengo claro mi voto,
siempre es bueno ver qué es lo que tienen que decir los adversarios políticos y
los posibles aliados. La franja es un momento de definición política muy
importante, sobre todo porque el hecho de que la franja esté en televisión
abierta y en youtube para los que se la pierden, democratiza bastante la exposición
de los aspirantes a presidente, con independencia de sus recursos particulares.
Por ello, resulta FUNDAMENTAL
ocupar bien el tiempo en ese espacio pequeño, pero tan importante y útil a
nuestra causa.
He visto con preocupación, cómo
gran parte de todos los candidatos, ocupan SU PROPIO espacio, para hablar del
candidato de Chile Vamos. ¡Es un error!, no podemos gastar nuestro tiempo valioso,
en quien tiene muchísimos más recursos para hacer campaña; ni siquiera hacer
una referencia jocosa vale la pena.
Nuestra aspiración presidencial
es una cosa muy seria, nos la estamos jugando por construir un tipo de sociedad
que, sabemos, nadie de entre los otros candidatos está dispuesto a jugar: un
Chile libre, pero cooperativo; capaz de otorgarse su propia constitución, ordenado
y tolerante, mirando no tanto lo inmediato, sino más bien con una visión de
futuro, a largo plazo, como ha dicho la candidata Beatriz Sánchez.
Hay que construir futuro y para
eso se necesitan muchas manos. Esa creo yo, es la visión de Chile y de futuro
que debiésemos transmitir como Frente Amplio al país durante la campaña presidencial.
Es necesario, pues viendo los adversarios el potencial que tiene el Frente
Amplio, continuamente se basurea a este colectivo, tratándolo de hippie, y
señalando que nuestro programa de gobierno se redactó en un carrete
universitario, y que por ello tal programa es liviano y utópico.
La verdad es que, lo único realmente
utópico es pretender vivir sin trabajar en modo alguno (físico o mental); así
el trabajo de una mamá que limpia su casa y se encarga de que los niños coman a
tiempo, de enseñarles a leer o a dibujar es tan fundamental para la
construcción de una sociedad, y vale tanto como el trabajo de un poeta o músico,
de un profesor, un ingeniero o un corredor de bolsa que está haciendo ganar
millones a sus clientes, o de un filósofo. El tema es qué valor le damos como
sociedad a cada trabajo y cómo se retribuye económicamente, para obtener una
sociedad más humana, más amable con el que la habita y más sustentable.
No obstante, existe un grupo
minúsculo de gente que vive, gracias a su enorme capital y recursos de todo
tipo (educación, redes, etc.), en un mundo utópico para ellos mismos, pero sin
empatía por quienes tienen enormes necesidades de todo tipo, y ninguna
posibilidad de acceder a una mejora sustancial. Entonces, esa falta de empatía
elemental de los más favorecidos es la que, se percibe a veces como distópica.
Si las élites económicas
comprendiesen que, la lucha de la actual izquierda no dice relación con la
revancha, ni con el ojo por ojo, sino con buscar el modo de obtener verdadera justicia
social y garantizar un estándar mínimo de dignidad y derechos que permita que
la sociedad y los hombres y mujeres que la componen, se desarrollen en paz,
armoniosa y ordenadamente, de manera integral, la posibilidad de una Asamblea
Constituyente que permita la construcción de la sociedad con todos los actores
relevantes, sería una oportunidad histórica para Chile, y en el exterior se
percibiría como una muestra de civilidad sin precedentes en Chile.
Una Asamblea Constituyente,
podría ser ese gran acuerdo nacional al que todos los sectores aspiran supuestamente,
y del cual todos están hablando.
Es la aspiración de muchos, vivir
en un país en donde uno sepa que, ya sea con buen o mal tiempo, cada uno hará
su parte, porque todos sabemos que los sueños de nuestros hijos, su salud y su
futuro no están a merced de los vientos del mercado. Se trata, básicamente de construir
y defender la sociedad en la queremos vivir todos.
Por ello, humildemente desde esta
tribuna, insto a enfocarnos durante la campaña y después de ella en nuestra
propia fuerza. Es necesario, transmitir con claridad nuestra visión de país y
las soluciones que estamos ofreciendo, para transmitirle a la gente la importancia
del voto, y transmitir confianza en nuestra candidata y el programa de gobierno.
No da lo mismo por quién votar.
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