Escribo esto, a título personal y
como militante de RD, pues quiero transmitir una inquietud importante, no sin
antes felicitar a todo el Frente Amplio, por los escaños obtenidos en el
parlamento y el importantísimo apoyo ciudadano que tuvo Beatriz Sánchez. Fue un
golazo.
Creo que todos lamentamos la pérdida
de algunos de nuestros candidatos emblemáticos, porque hubo gente muy preparada
que lamentablemente, no logró el porcentaje requerido para el escaño, pero
sería cínico de mi parte decir que estamos tristes pues, al fin la matrix nos
ha favorecido y a la hora de aprobar un proyecto importante, muchos darían su
vida por un voto. Por eso esperamos que nuestros representantes mantengan su
espíritu siempre alto, como buenos hobbits; es difícil cargar con el anillo,
hay que tener siempre en vista lo esencial.
Nuestra candidata llegó tercera
por muy poco, a pesar de que nuestro programa de gobierno es audaz como somos
aquellos que adherimos al proyecto; eso es interesante, pues quiere decir que somos
muchísima gente. Es que, Chile es y ha sido históricamente un país de izquierda.
Por eso, es tan importante este
momento en el que estamos hoy como Frente Amplio, pues tenemos el enorme poder,
la oportunidad y la responsabilidad de elegir con nuestro voto o con nuestra
abstención, al próximo presidente de Chile. No es menor lo que se juega.
Muchos dicen que llamar a votar
directamente por Guillier es transar, venderse, etc. Yo no lo creo así, ya que,
partiendo de la base que seremos oposición; entenderse con él y su equipo como
adversario, es mucho más fácil que entenderse con el otro caballero y su gente.
Así, aunque Guillier y su programa no
represente nuestras aspiraciones de cambio, es innegable que tiene una mirada
mucho más en sintonía con la ciudadanía, por lo que de ser elegido presidente,
nos dejaría en pie de ser una oposición sumamente constructiva; crítica, pero
constructiva y que atornilla siempre a la izquierda.
Por el contrario, todos tenemos
claro que el candidato empresario trae su propia retroexcavadora neoliberal, por
lo que abstenerse de votar en segunda vuelta, y permitir que la derecha gane
por bockover, sería como pisotear años de nuestras propias marchas en las
calles y manifestaciones pacíficas del movimiento ciudadano.
Además, si Piñera es presidente, como
Frente Amplio, siempre vamos a ser tratados como la oposición extrema, la
izquierda revoltosa, los cabros chicos, los progres, los hippies, entre otras
tantas descalificaciones, tantas veces escuchadas.
Si Guillier es presidente, será
mucho más fácil para el Frente marcar agenda pues, aunque tenemos varias y
profundas diferencias, hablamos el mismo idioma y en sus filas también están algunos
de aquellos que también marcharon el 2006 y el 2011.
Es claro que seremos oposición,
pero son raras las veces en la vida en las que uno tiene la oportunidad de
matar dos pájaros de un tiro, por ello es importante dar mensajes claros. Más
que esperar que el candidato de izquierda “nos seduzca” (es altamente probable
que no ocurra), hay que pensar que, lo importante es tener un buen adversario para
construir el Chile que queremos.
La DC, que podría haberse restado
ya gran parte de su electorado es cercano a las ideas de derecha, le dio el apoyo a Guillier y muy seguramente
será parte del próximo gobierno. Nosotros no seremos parte del gobierno de
ninguna manera, pero tampoco debiésemos atornillar al revés no votando en
segunda vuelta; porque, aunque el triunfo parlamentario del domingo fue
maravilloso, aún queda todo el segundo tiempo de esta batalla de los lápices; y
como sabemos, un voto de diferencia basta para hacer historia o ser historia.
Si gana Piñera, Chile pierde. ¡¡¡A
votar!!!
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